A partir de 2008 se van cumpliendo, aunque no siempre se van conmemorando, los bicentenarios de acontecimientos trascendentales para la historia y el presente de la Hispanidad, de las Naciones políticas que hablan español «en ambos hemisferios» y que hoy son Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas: España, Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Filipinas, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. (Si se quiere, y en un sentido ibérico más amplio, incorporando el portugués, también Portugal, Brasil, &c.)
Los lentos proyectos reformistas esbozados desde el interior del Imperio español se vieron superados por la Gran Revolución, que supuso en los Estados cristianos la rápida descomposición del Antiguo Régimen y la progresiva constitución de Naciones políticas formadas por hombres y por ciudadanos en quienes, a partir de entonces, según las diversas doctrinas constitucionales, descansa la soberanía política.
Este proceso supuso la transformación del Imperio español –que se había convertido en universal tras el Descubrimiento de América, un Imperio formado durante los siglos de lucha de España contra el Islam y otros Imperios– en las Naciones Estado que hoy conforman la Hispanidad. Un proceso histórico en el que, a lo largo de todo el siglo XIX, se fueron generando, a partir del antiguo Imperio español, las Naciones políticas que, en ambos hemisferios y doscientos años después, tienen la lengua española, y todo lo que ello implica, como patrimonio cultural común.
La Guerra de la Independencia de España (1808-1814), que supuso el gran triunfo de la supervivencia hispana frente al imperialismo francés, propició que las Cortes Generales reunidas en Cádiz pudieran promulgar en 1812 la primera Constitución de España, que define la Nación española, «reunión de todos los españoles de ambos hemisferios», como «libre e independiente», que «no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona», y establece que «la soberanía reside esencialmente en la Nación». La Constitución de 1812, que englobaba a todos los territorios políticamente organizados por la monarquía hispánica, territorios que luego fueron transformándose en Naciones políticas, sirvió como inspiración para las que adoptaron los diferentes Estados soberanos americanos, que se aprestan a celebrar a lo largo de este siglo las conmemoraciones de sus respectivos bicentenarios.
bicentenarios.es tiene como objetivo recopilar información, documentos, noticias y análisis sobre las conmemoraciones de los bicentenarios de los acontecimientos políticos que afectan a la Hispanidad y que se cumplen en el siglo XXI.
bicentenarios.es pretende mantener una perspectiva filosófica crítica, pensada en lengua española y comprometida con el presente hispánico; alejada de manipulaciones históricas e ideológicas, que procurará en todo momento denunciar.
Conmemoración del bicentenario del 25 de mayo de 1808 en Oviedo,
doscientos años después de la creación de la Junta Suprema
de Asturias, de la declaración de guerra a Napoleón y de la
proclamación del principio de soberanía popular en España
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